No hay entradas.
No hay entradas.
En un vuelo sin rumbo claro ni propósito definido.
Por eso nos defendemos, mostrando en ocasiones aspectos personales que nos hieren a nosotros mismos.
Bastaría con tener la disposición inicial para intentarlo.
En lo pequeño, lo interno, profundo y cotidiano, hay mucha vida para disfrutar.
Disfrutar lo bueno y aprovechar lo ingrato, es clave para recuperar la armonía.